martes, 8 de junio de 2010

Cada día estoy más chicata

Hoy, cuando volvía de Belgrano, en el tren, visualicé de lejos a una persona que me resultó familiar. Cuando se fue acercando, me di cuenta de que, precisamente, era alguien conocido. Cuando pasó por al lado mío, me miró, lo miré, y le sonreí con mucha simpatía, como es costumbre mía, antes de darme cuenta de que en realidad no lo conocía: era una sólo uno más en aquel frío vagón.

Qué triste es sonreir a alguien que te mira con desprecio.

1 comentario:

  1. gonssalom.blogspot.com

    poemas independientes

    [la naturaleza no queda dentro de tu cuarto]

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